LA NADA NO EXISTE, LUEGO CABE LA ESPERANZA.
Esperando. Así vivo. Sin esperanza no hay nada. Y bueno, es obvio que la nada no existe. Luego: Cabe la esperanza.
I. Dios ha muerto dicen “ellos”, luego la esperanza también está difunta. Schopenhauer, Nietzsche y Ciorán entre otros, son “ellos”. Mejor sería no vivir, dirá el primero. La esperanza es el camino cierto al desengaño, dirá el segundo. Lo más esperanzador sería el suicidio colectivo, dirá el tercero.
Ruiz de la Peña, les recordará a los partidarios del deicidio que muerto Dios, la muerte del ser humano, también está servida, y por ende del universo que en ese momento quedará transformado en un “todo para nada”.
Pero conviene recordar que “este vivir desesperado” referido, no debe confundirse con Heidegger o Camus, pues aunque para ellos el ser sea un ser para la muerte, dado que Ser es igual a Tiempo, en opiniones de estos y también de otros que no citaré, caben “esperanzas temporales”, aunque supeditadas al golpe absurdo de la Muerte que dirá Sartre.
Si confundimos nuestro pensamiento con nuestra realidad, con facilidad nos convertimos en presa de pensamientos pesimistas. Si yo soy el cielo, los pensamientos son los pájaros. YO NO SOY MIS PENSAMIENTOS. En mi Cielo hay pájaros, pajaritos y pajarracos, de modo que quizás no convenga permitir que tales pensamientos aniden en mí. ¿Me ayudan a vivir preguntaría el pragmático William James?. De modo que conviene dejar claro que la “honradez desesperada de los deicidas” no es la superación de la alienación, ni la única conclusión posible de la razón, sino una pose elegida, un postureo no exento del narcisismo del “Enfant Terrible”, con su cierto grado de racionalidad sujeta a la falsabilidad de Popper, pero al fin y al cabo, un modo de pensar y nada más. Una opción. Una hermenéutica, o un relato sobre el hombre, como mejor gustéis.
II. El debate intelectual entre Laín Entralgo y Ernst Bloch acerca de la esperanza, me hizo pensar que la esperanza temporal es una IDOLATRIA.
La esperanza inmanente por más que lo pretenda no puede sustituir a la esperanza como trascendental. La esperanza de tejas para abajo es incapaz de ahogar el anhelo de una esperanza que mire más allá. La prueba arqueológica definitiva es que desde que el hombre es hombre, los monumentos funerarios de un nivel u otro, nos acompañan. Pero si analizamos cada posible caso de las esperanzas temporales quizás entendamos mejor porque su naturaleza es idolátrica y no divina.
Las esperanzas temporales pueden estar basadas en mí, en los demás, en el mismo mundo, o en el dios de la religión.
- las basadas en mí, se estrellan con mis incoherencias, mis fracasos, mis decepciones y vulnerabilidad constante.
- las basadas en los otros se estrellan con las traiciones de distinto tipo y las frustraciones que ellos nos provocan y que tanto nos defraudan. En la economía las constantes e interesadas crisis. En la política, el frecuente hedor a cloaca. En la cultura, afirmar que apalear aun homosexual en Africa es cultura o también lo es hacer la ablación a una chica, o casar a los seres humanos cuando son niños. En la ciencia, usar la energía nuclear como arma destructora de masas y mundos. En la técnica generar tal grado de contaminación como nunca se ha conocido en la historia hasta el inicio de la revolución industrial. En lo social, ver como proceden las masas sin mente dirigidas por el “Amado líder” como si 1984 fuese una macabra realidad. En la religión afirmar que el mundo es una marioneta en las manos de Dios y que la historia es la manifestación de su voluntad, mientras los niños mueren sin más y sus padres rotos para siempre les sobreviven.
- las basadas en el mundo: descubrir que mata criaturas y niños sin pestañear, sin referencia alguna a ningún tipo de justicia, más allá de que si estás vivo te mueres. Porque un mundo que no es Dios, esto es, que no es perfecto, no puede fundamentar las esperanzas temporales, y en él, esas esperanzas, como bien dijo Nietzsche, está abocadas sí o sí al desengaño.
- Las basadas en dios “Amo” que no “Amor”. El Dios amo dirige el mundo, a placer. Y se supone que todo lo permite y lo dirige con su providencia, sacando bienes de los males. Lo que termina justificando las atrocidades más brutales en nombre del Altísimo. El AT lo prueba en muchas ocasiones. Y el NT, en alguna, sobre todo, cuando los discípulos de Jesús, siguen siendo más hebreos que Evangélicos. Aquí permitidme una simple divagación:
“A Jesús lo mató la religión. Porque Jesús no era un religioso. La religión es el hombre buscando a Dios con todos sus condicionamientos histórico culturales. En la mayoría de los casos, es una manifestación más del poder establecido. Una instancia de poder. Al final sus dioses tienen una faceta de “Amos”, que propician la crítica anti_teista de los anarquistas que gritan ante semejante ser “¡Ni Dios ni Amo!”. Jesús es Dios buscando al hombre. No es un amo, sino un AMOR. La “R” lo cambia todo. Ese Dios deja espacio y tiempo al universo y por ende al ser humano, para que pueda hacer lo que guste y quiera aún cuando sean disparates. No hay panteísmo, ni fuerte, ni débil (pues el providencialismo es un panteísmo débil ya que aunque no afirma que todo sea dios, si que afirma que todo lo dirige dios a placer y voluntad, permitiendo o promoviendo unos acontecimientos u otros). Jesús sabe que la libertad humana es verdadera y suficiente y tiene su tiempo. La parábola del sembrador, la de los talentos, y otras, lo dejan bien claro. Y Dios no se mete. Nos deja ser quienes queremos ser. No coarta mi libertad. No me impone nada. Me propone todo, pero lo hace con tal delicadeza que yo puedo rechazarlo y quedarme tan a gusto. De hecho pudimos hasta crucificarlo. Y si hoy lo adoramos es porque resucitó, y hasta se nos permite dudar y negar su misma resurrección, y es que sin libertad absoluta nadie puede enamorarse verdaderamente. Y lo que Dios quiere es desposarse con el universo que ha surgido ante sus ojos y que tras auto-organizarse da los pasos que todos vamos conociendo desde que nos atrevimos a investigar nuestra realidad. Así que el Evangelio deja desfasados los diferentes teísmos (comprensiones de Dios), que tanto dentro como fuera del ámbito hebreo, se habían manifestado en los entornos religiosos. Sin duda, contemplando a Jesús y conociéndole la esperanza se abre a la trascendencia en términos absolutos. Pero sin amarle esa esperanza no se transfigura de este modo.
Y cuando la esperanza inmanente no se transfigura en trascendente, ante el contacto con el horror, la esperanza temporal se desintegra progresivamente y a diversos ritmos. Como un ídolo más conoce su ocaso. Y es que mirar el horror tiene un problema: el horror en cualquiera de sus formas te devuelve la mirada, y ciega tus ojos por completo ante cualquier esperanza temporal. Pues te descubre que el mundo que permite el horror y a veces lo promueve, no es digno de sustentar las esperanzas de nadie.
III. Es muy importante pues “ESTAR EN VELA”, es decir, ser crítico frente a las versiones idolátricas de la esperanza, porque lejos de fortalecer el alma humana la pueden acabar envenenando y defraudando.
Y es que la ESPERANZA no se deja encorsetar por la idolatría que le impone la inmanencia cerrada a la trascendencia. Y es así como revela su verdadera naturaleza “divina” no idolátrica, es decir: trascendental. Porque si semejante sed de infinito y de plenitud que sobrepasa lo que este universo puede ofrecer, si tal sed existe en mí y en ti, es porque el agua existe, pues no es antes la sed sino el agua. Detectar sed señala la verdad del agua. La esperanza es la que mantiene vivo a Dios frente a las propuestas de unos adoradores de la nada, del único Dios que no existe, porque la NADA no es, o sino simplemente no sería nada. El abismo oscuro de Nietzsche no es la nada, es un abismo oscuro y eso no es la nada. El pozo minero de Santa Ana, con 600 metros de profundidad (o sea seis veces la torre de nuestra catedral y un poco más), es un abismo oscuro, muy oscuro, aterrador con solo imaginarlo, y no es la nada. La oscuridad no es la nada. La materia oscura o la energía oscura no son la nada. Luego el nihilismo y sus nadas pretenden asesinar la esperanza con un fantasma de suyo imposible. Lo único imposible de existir es la nada. Pues si existiese sería algo. Lo siento por Sartre, pero su lógica me resulta sofística y aunque me venza en fama, a mí no me convence. De nuevo recuerdo que es importante tener en cuenta que pensamientos permitimos anidar en nuestras cabezas. Pues no somos lo que pensamos, y eso descubrirlo, resulta muy liberador. Si la esperanza es la sed, si esta sed anhela el agua, no es imposible ni irracional descartar la existencia del agua, por mucho que Feuberbach pretenda convencernos de los contrario (este dogmático pensador es el padre de todo el ateísmo moderno que cree que por afirmar, decir e interpretar basta para tener razón).
IV. Todo es un misterio. De ahí no me moveréis. Y el misterio puede hablarnos. No tengo por qué excluir esa posibilidad. De hecho Jesús se presenta así y le cuesta la vida. Pero se convierte en la esperanza de los hombres. Y desde que el misterio nos interpela en Él, estas convocado a responder, dejando de lado al dios amo y abriéndote al Dios Amor. Tal como te hice ver en la digresión o divagación anterior. El mundo finito y por tanto no perfecto es invitado a desposarse en amor con lo infinito o lo absoluto, durante un tiempo y en una multitud de espacios, con el misterio que se manifiesta seduciendo y no imponiéndose. Un misterio revelado como un sol que aunque alumbra ciega si lo miras directamente. Ves pero no ves del todo. Es curioso que históricamente sepamos que al que propuso tal cosa, lo matáramos, asesinándolo en una cruz. La religión lo crucificó con el permiso de un estado preocupado por la aprobación sociológica de su electorado. La resurrección lo cambió todo. O lo complicó para bien, y en aras de mantener viva la esperanza transfigurándola de inmanente en trascendente. (No es el mito de Osiris ni tampoco el de Quetzalcoatl) sino un hecho ocurrido en la historia abriéndola a la trans_historia (fuera del tiempo y del espacio) revelando aún más la trama misterio del universo mismo y lo que somos. No creo que pueda decir que exista al mundo, porque eso sería afirmar algo que no sé lo que es, aunque pueda describir muchos de sus aspectos. Lo que sé que existe es el misterio. En esto estoy de acuerdo y al par discrepo del pensador alemán Markus Gabriel. Que considera que el mundo no existe. Es un realista cuando menos curioso, pero todo lo hace por llevarle la contraria a su paisano Kant. Me gusta mirar el universo con ojos cuánticos, para entender como la misma materia nos sorprende a cada paso poniendo patas arriba muchas de nuestras convicciones más asentadas. Ese perfil sorprendente me apasiona.
V. Julián Gómez del Castillo, nos planteaba a los allí presentes si queríamos ser esperanza o amenaza para el mundo.
Yo que estuve lleno de miedos por mi infancia traumática, siempre triste, no siempre ilusionado, muchas veces débil luchando contra todo y contra todos, sin paz y con demasiada angustia y ansiedad para ser un niño y un mozalbete, con la mirada puesta en el vacío y poco avezado en amar porque el desamor era mi entorno más cercano, no era alguien que tuviese una fe en la vida sin mácula. Ser hijo de unos padres que no supieron amarse aunque se querían, y hermano de tres hermanos que murieron siendo niños, entre otras cosas, te pone en contacto con el horror muy pronto. Su mirada te seca el alma. Y es posible convertirse en una amenaza para todos. “Demasiado bien estás” me dijo un compañero cura, que ahora es obispo, cuando descubrió mi vida. Y todo cambió cuando escuché aquellas palabras: “Dichosos los que ahora lloráis porque reiréis”. Del caos surgió el cosmos de la esperanza. Algo totalmente desconocido para mí. Y desde entonces la esperanza se ha ido adueñando de mí. Y la “posible amenaza” que puedo ser, se ha ido eclipsando progresivamente.
El efecto Cristo Jesús tiene eso. Si tienes la suerte de encontrarte con la Iglesia que te ponga en contacto con Él serás afortunado. Juan lo dice en su carta, te adentrarás en una senda de gozo compartido. Claro que si te encuentras con la sinagoga de satanás de Maciel y otros parecidos, esto no pasará. Esta cizaña es mortal porque desengaña a los demás dañándoles al hacerles pensar que el trigo es imposible. Pero no es así. Si la Iglesia es Cristo y su Evangelio bienvenida, más si no lo es, no pierdas el tiempo con esa pretensión falsa de iglesia que tienes ante ti, y que es otra cosa pero no sacramento de Cristo. Yo tuve la suerte de encontrar una mujer y un cura, que me llevaron a Cristo Jesús. ¡Olé por ellos!.
Una persona que experimente como la esperanza temporal se transfigura en trascendental gracias a Jesús y su inmenso amor, se transforma en un ser alegre (yo que nunca reía empecé a sonreír), en un ser en paz (la paz interior que me llevo a buscar la paz con los demás), en un ser de fortaleza (capaz de afrontar todos los miedos, que de niño me tenían aterrado), en un ser lleno de ánimo (yo que andaba desilusionado), en un ser que ama (yo que no amaba porque mi entorno no me enseñó). Este Nuevo Ser que dirá Paul Tillich se convierte en Esperanza y no en amenaza para el mundo.
Así que recuerda hoy tú que me escuchas o me lees: Sin esperanza no hay vitalismo sino cinismo. Y éste es venenoso no lo olvides. Jesús enseña que Dios Vive, y porque nos ama, si Vive Dios, Vive la Esperanza. No una esperanza temporal, sino esa esperanza que mira al infinito y más allá. ¡Ánimo Pues!.